vengo de un aletazo del monte
aztlán:
un accidente en la zurda de la cordillera
chícales
zopilote
palabra en llamas
salí de la yerba crecida en el pecho de este animal que soy
que he sido
jehuite devorando paredones
apoxcahuando la carne de los años
vengo del ruido de la lluvia rompiendo esperanzas
del divino tormento del refino y sus mentiras buenas
salí a mitad de una noche como a mitad de un suspiro
metidos en la cama dejé mis miedos
con sus tormentos
con el paso de sus pasos
huí porque vengo
vengo porque huí del hallazgo del primer hombre
y de la preñez de la única mujer.
prefiero la duda a la certeza, lo sutil a lo concreto, la posibilidad al hecho, el mito a la leyenda, la lluvia de otoño al sol de verano, el pecado a la pureza, las cosas pequeñas a las grandes, las diablas a los dioses, la izquierda a la derecha y la literatura a la realidad. viví en barcelona más de una década y ahí aprendí a ser uno de esos otros∙muchos que me habitan∙todos. sé ahora que escribir es escribir∙me y que todo texto es mejor que su autor.
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noviembre 11, 2009
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2 comentarios:
te reconozco, Edson Lechuga.
Sólo las cumbres de tu corazón pueden superar las de Tú espíritu.
Eres un genio. Un abrazo.
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