Los libros del
año. 2012.
Sergio González
Rodríguez
6 Ene. 13
La muerte de
Carlos Fuentes (1928-2012) señala el término de un ciclo en México: el de la
literatura moderna-vanguardista-cosmopolita que comenzó a destacar en la década
de los años 50 del siglo anterior y trascendió al inicio del siglo 21. Ahora,
la literatura mexicana mantiene dos rasgos: diversidad y fortaleza, que oscilan
entre la tradición inmediata y el gusto ultracontemporáneo. Esta tensión se
fundamenta en un poder intergeneracional.
Como puede comprobarse con el siguiente inventario bibliográfico, están lejos
de imponerse escritores de una misma generación. Por el contrario, prevalecen
obras y autores en un espectro que incluye, debido a su valor literario, a
quienes nacieron entre los años 30 y los 80 del siglo 20.
En los hechos, tal situación contradice el lugar común, tan falso como reiterado,
de que la literatura mexicana vive un "cambio" a favor de alguna sola
generación, la cual sólo se vería en el espejo de sí misma. Por fortuna, y de
eso están hechas las mejores tradiciones literarias, la convivencia
intergeneracional refleja el atractivo de la literatura mexicana de hoy, ya
distante del predominio de una figura o generación señera. Una literatura en
busca de reencontrarse con nuevos públicos para reinventar sus prestigios en un
entorno difícil: en México, la venta de libros casi se ha estancado
(CANIEM/Milenio, 27 de diciembre de 2012) y el libro electrónico está lejos de
despegar.
El libro del año: Gabriel Orozco, de
Gabriel Orozco, registro retrospectivo de la obra del artista mexicano más
importante en México y en el mundo.
Novela sin ficción: Tela de Sevoya, de Myriam Moscona;
Canción de tumba, de Julián Herbert; Campos de amapola, de Lolita Bosch.
Novela: gotas.de.mercurio, de Edson Lechuga; La
transmigración de los cuerpos, de Yuri Herrera; Vida digital, de Fabrizio Mejía
Madrid; Fuga en mí menor, de Sandra Lorenzano; Federico en su balcón, de Carlos
Fuentes; El Sinaloa, de Guillermo Rubio; El lenguaje del juego, de Daniel Sada;
Arrecife, de Juan Villoro.
Primera novela: Tu materia son los
huesos, de Andrés Téllez Parra; Eros díler, de Nazul Aramayo.
Novela histórica: Diario de las cigarras, de Antonio
Saborit; Imperio, la novela de Maximiliano, de Héctor Zagal; Las paredes
hablan, de Carmen Boullosa.
Escritores que insisten en autoparodiarse hasta
convertirse en ruido: Mario Bellatin, El libro uruguayo de los muertos;
Guillermo Fadanelli, Mis mujeres muertas.
Relato: Despertar con alacranes, de Javier Caravantes;
Taller de taquimecanografía, de Gabriela Jáuregui, et al.; Montezuma's Revenge,
de Carlos Martín Briceño; Carajo, de Antonio Calera-Grobet; La trama secreta.
Ficciones, 1991-2011, de Mauricio Molina; Largas filas de gente rara, de Luis
Jorge Boone; Sudor añejo y sardina, de Enrique Blanc; El mal de la taiga, de
Cristina Rivera Garza; La mujer de M., de Mauricio Montiel Figueiras.
Testimonio: El hijo de Míster Playa,
de Mónica Maristain; Libro de las explicaciones, de Tedi López-Mills; Los
testimonios, de Óscar Benassini, et al.
Ensayo: Maravillas que son, sombras
que fueron, de Carlos Monsiváis; Andar y ver. Segundo cuaderno, de Jesús
Silva-Herzog Márquez; El eclipse del sueño de Sor Juana, de Américo Larralde;
Del duro oficio de vivir, beber y escribir desde el caos, de J.M. Servín; El
taller de no ficción, de Bruno H. Piché; La luz detrás de la puerta, de Norma
Lazo; Mudanza, de Verónica Gerber Bicecci.
Novela política: Justicia, de Gerardo Laveaga.
Ensayo político: ¿Y usted cree tener derechos?, de
Irma Saucedo, Lucía Melgar, et al.; El derecho a cuestionar el derecho, de
Mónica Maccise Duayhe; La utopía posible (periodismo por la despenalización de
las drogas), de Carlos Martínez Rentería; Violencia y seguridad en México en el
umbral del siglo XXI, de Martín Gabriel Barrón Cruz.
Crónica: Crónica de un sexenio fallido, de Ernesto Núñez Albarrán;
Generación Bang. Los nuevos cronistas del narco mexicano, de Juan Pablo
Meneses; Coronada de moscas, de Margo Glantz.
Autoayuda: ¿Qué hacer? La
alternativa ciudadana, de Carlos Salinas de Gortari; La mafia que se adueñó de
México... y el 2012, de Andrés Manuel López Obrador.
Historia de la prensa: Buendía, de
Miguel Ángel Granados Chapa; México: 200 años de periodismo cultural, de
Humberto Musacchio; Viaje de Vuelta. Estampas de una revista, de Malva Flores.
Poesía: En el centro del año, de Jaime Labastida; Arte
& basura, de Mario Santiago Papasquiaro; La ciudad de los muertos, de
José Homero; Campo Alaska, de José Javier Villarreal; Autocinema, de Gaspar
Orozco; Trivio, de Josué Ramírez; Poemas perrones pa' la raza, de Fausto Alzati
Fernández; Dioses del México antiguo, de Óscar de Pablo y Demián Flores; Una
forma escondida tras la puerta, de Francisco Hernández; Vivo, eso sucede.
Poesía reunida, de Juan Bañuelos; Contubernio de espejos. Poemas 1960-1964, de
Salvador Elizondo.
La peor propaganda: "Alberto Chimal es el Henry
James de su generación".
El peor libro
del año: La escuela del aburrimiento, de Luigi Amara: 287 gracejos, es decir, por
lo menos uno en cada página, con la misma idea. Quéee divertido.
elangel@reforma.com
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