más
pegadas a los poros, a las piedras
más untadas a la piel
del corazón de aquellos pájaros que incendian la noche con su vuelo de fuego
origen
del ardor indígena de las mujeres del monte
madres de puñados de maíz
dadoras del nombre
herederas de la sangre
la mirada
y esta necesidad de frijoles con
chile.seco
estoy acostumbrado a
otros golpes
a manotear para no
morir ahogado
a desclavarme las
espinas y usarlas para sacarme la carne de entre los dientes
a revivir muertos que
no han muerto
y a mantener mitos
como parvadas de tordos que manchan el cielo de la cordillera con su vuelo de
animales.vivos
estoy
acostumbrado a otras humedades, melodías, resabios
otros ríos más
violentos
más necesitados
es mi costumbre tumbarme
panza.al.cielo
y nombrar los astros
con nombres de animales
acomodar estrellas a mi
antojo y hacer que el firmamento se detenga
es mi costumbre hacer
llover
elevar globos
contemplar a las
catarinas caminando sobre mis dedos
seducir soldadas hasta
que dejen caer sus aguas sobre mi tierra.de.tierra
estoy acostumbrados a
otros modos:
la suciedad de
la noche
las heridas de
la lluvia
el dolor de
los borrachos empedernidos
el secreto de las perversiones.
edson lechuga
2 comentarios:
m
e
g
u
s
t
a
Yosîsoyedsonlechuga.
Sigo del texto su relieve, la composición de la memoria a través de un escenario espurio y gris vuelve en su prodigio de eco con atravesar el lenguaje y llegar al mítico lugar donde la lluvia se dice lluvia y moja, siendo con ello una entereza.
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