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julio 29, 2013

Narrativa y Pensamiento. Taller. Casa Refugio Citlaltépetl. Iniciamos 6 de septiembre.

Escribir un texto narrativo es migrar: trasladarse de un sitio moral, ético, psicológico, anímico e incluso, físico, a otro sustancialmente diferente. Emprender este viaje supone una reflexión profunda sobre uno mismo; realizar un recorrido interno por nuestros juicios y prejuicios, nuestras limitaciones, nuestras debilidades, nuestros más oscuros e intrínsecos pensamientos.

Escribir es utilizar la palabra para hacer alquimia del aprendizaje que nos ha dejado todo aquello que hemos amado, sufrido, odiado, rechazado y anhelado. Es, también, el resultado de un proceso que empieza en la mirada: el escritor ve, absorbe el entorno, lo pasa por sus filtros [sus heridas, sus deseos, sus pasiones, sus miserias y sus grandezas], y lo devuelve por escrito, redefinido. Por otra parte un texto literario debe tener aliento estético y hondura léxica, poética subliminal, rabia intelectual, cuestionamiento a los rituales, a las normas, a las instituciones, a las conductas, a la condición humana en general.
En suma, escribir comprende un proceso dicotómico: por un lado indagatorio, por el otro, de construcción. El impedimento más significativo de este proceso es el miedo: el miedo a soltarse, a desnudarse; el miedo a descubrir qué miran nuestros ojos; el miedo a no ser aquello que los otros esperan que seamos.


Gabinete de lectura. Casa Refugio Citleltépetl. Iniciamos 6 de septiembre.


Ciertamente la lectura es una actividad privada e íntima; sin embargo, compartir las impresiones, cuestionamientos, dudas y reflexiones que nos ha dejado una novela, enriquece sustancialmente nuestra afición por leer.

Exponer en un mismo espacio los puntos de vista de personas distintas [con todo lo que ello implica], da pie a abrirse a otras opiniones, a ver cosas que no habíamos visto, disertaciones que pasamos por alto, información que obviamos; y más aún, desarrolla en nosotros una manera más profunda de encarar el mundo ofreciendo nuevas perspectivas de nuestro contexto y de nuestras actividades. Por último, el debate sobre las obras traza nuevas líneas de lectura para continuar ampliando nuestra biblioteca personal.



julio 04, 2013

II

el desamparo es un cadáver de mujer
las flores áridas esculpen un sol sobre su piel desierta como el desierto

desnuda antes
el mar estuvo aquí —en sus pechos— pero huyó hacia otros reflejos

en este tu suelo, hermano.lagarto
cada biznaga es ahora una lágrima golpeando mis sienes

mientras esa mujer
—desierta como el desierto
fría como la espuma e impía como la rabia de la mano que empuñó el arma que le quitó la vida—
te cuenta, hermano.lagarto, de las atrocidades que le han arrastrado aquí
donde solo en su piel es el incendio
y el mar no es en sus pechos como antes
y la arena no lastima más
porque nada duele ya en un cadáver

el desamparo es una mujer
desnuda antes
desierta como el desierto

esta tentación de fuga