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septiembre 23, 2014

una mujer pateando la puerta de la enorme camioneta de otra mujer.
a media calle.
a media mañana.

una mujer joven, vestida con ropa deportiva y tenis caros. el cabello castaño en cola de caballo. blanca. guapa paseando a su perrito.moderno por la condesa.
una mujer madura vestida de oficina pegada al claxon de su enorme camioneta porque los coches no circulaban.
una mujer joven acercándose a la enorme camioneta para decirle a la otra mujer que estuviera serena.
una mujer madura mandando a la mierda a la mujer joven, pintándole huevos, irguiendo el dedo medio con violencia.
una mujer joven comenzando a levantar la voz y gesticular improperios.
una mujer madura subiendo el cristal de su ventanilla y girando la cara hacia otro sitio.
una mujer joven escupiendo el cristal de la ventanilla desde fuera.
una mujer madura escupiendo el cristal de la ventanilla desde dentro.
ya histérica una y ya histérica la otra.
histéricas las dos.
una mujer pateando la puerta de la enorme camioneta de otra mujer castaña igual, burguesa igual, hiriente igual.
a media calle.
a media mañana.
rabiosas las dos.
desquiciándose.
loca la de dentro y loca la de fuera.
una mujer madura colérica y desencajada saliendo de su enorme camioneta.
una mujer joven arañando, mordiendo, insultando a otra mujer madura.
una mujer madura escupiendo, pateando rasguñando a otra mujer joven.
desgreñándose
cayendo al piso
revolcándose
como pleito.de.perras.

a media calle, con los ladridos histriónicos del perrito.moderno, en mitad del tráfico las mujeres se enmarañaron, se anudaron, se despernancaron babeando como hienas o boas o ratas o bestias o cavernícolas o simios
hasta quedar exhaustas,
mudas, solo resoplando
jadeando avergonzadas
llorando una por la otra y la otra por la una.
deshabitadas.
anóxicas.

una mujer madura levantándose del piso, buscando su zapatilla de tacón. bajándose la falta, secándose los mocos y las lágrimas con la manga. sin entender nada. vacía. volviendo a su enorme camioneta.
una mujer joven, desgreñada su cola.de.caballo, rota la sudadera deportiva buscando la correa del perrito.moderno, secándose los mocos y las lágrimas con la manga. sin entender nada. vacía. caminando hacia el parque de enfrente.

levanté la cara. muchos de los presentes, desde sus coches, desde las aceras, desde las ventanas, desde el parque de enfrente, estábamos consternados, atónitos,
a punto de llorar.



df
sep 22. 2014

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