Buscar este blog

mayo 30, 2011

I


desde el lamento marítimo de este puerto
nos acercamos al ardor por medio de la letra y escribimos
trescientas setenta y seis personas
trescientas setenta y seis cartas
que hablan de más de cuarenta mil muertos
muertas
muertes
trescientas setenta y seis cartas para cuarenta mil cuerpos:
¿de a cuánto nos toca?
¿cuántos cuerpos caben en cada sobre?
encima de la mesa dejamos caer el peso de nuestras penas
frente a la mirada de cónsul de la cónsul
que, de a poco, se fue volviendo gente
sobre la mesa dejamos caer trescientas setenta y seis cartas con ciento siete muertos en el interior de cada una
ciento siete muertos rasguñando los sobres desde dentro
desde méxico
desde su anonimato feroz
desde su muerte indigna
desde la bala que les perforó la frente
desde las armas que entran por estados unidos
desde la cuerda que apretó su cuello
desde la raya de coca tan igual a la línea fronteriza tan igual al filo del machete con el que les partieron la cabeza
desde el llanto de sus hijos y sus padres y sus novias y sus novios
y nosotros que los llevábamos encima de nosotros
metidos en una carta junto a otras trescientas setenta y cinco
para depositarlos encima de la mesa de la cónsul con actitud de cónsul
que, de a poco, se fue volviendo gente
aquí le traemos, dijimos, metidos en cada sobre ciento siete muertos
haga usted con ellos lo que deba:
bébaselos
disuélvalos con pólvora de kaláshnikov e inyécteselos [sangre.adentro] a sus superiores
y a los superiores de sus superiores
y a los superiores de los superiores de sus superiores
para que les crezcan dentro [como nos han crecido a nosotros]
y les espanten los sueños [como han espantado el sueño de los nuestros]
aquí le traemos, dijimos, metidos en cada sobre ciento siete muertos
haga usted con ellos lo que pueda:
réceles
préndales velas
incinérelos otra vez y haga esparcir las cenizas sobre las estatuas de los héroes de la patria
aquí le traemos señora cónsul, dijimos, metidos en cada sobre ciento siete muertos
para que, al menos, les llore
como les hemos llorado nosotros
para que, al menos, le pesen
como nos pesan a nosotros.

2 comentarios:

Sergi Sierra dijo...

Grande como siempre. Ciertamente, extenuado por Bolaño, amigo. Espero poderte saludar en la presentación de Llovizna.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Ahí nos vemnos, Sergi.