aída necesita el trozo de tierra que le han quitado
aída atada del alma a esta gente que no es la suya
desnuda
sola
temblando
aída mirando gárgolas en vez de jaguares
despedazando noches
sin su cachito de selva
sin su sol
esculpida en barro extraña el barro
separada de su ombligo
mirando siempre al horizonte
tratando de tocarlo con los dedos.
prefiero la duda a la certeza, lo sutil a lo concreto, la posibilidad al hecho, el mito a la leyenda, la lluvia de otoño al sol de verano, el pecado a la pureza, las cosas pequeñas a las grandes, las diablas a los dioses, la izquierda a la derecha y la literatura a la realidad. viví en barcelona más de una década y ahí aprendí a ser uno de esos otros∙muchos que me habitan∙todos. sé ahora que escribir es escribir∙me y que todo texto es mejor que su autor.
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