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junio 21, 2013

La Jornada :: 2012

gotas.de.mercurio, título de la novela más reciente del narrador.

Exploro el dolor del traidor, porque el traicionado no sufre hasta que se entera: Edson Lechuga

Por Carlos Paul
El intento de huir, la fuga fracasada, lo inasible del pasado, la conciencia de la traición amorosa y la exploración del proceso creativo son temas centrales de gotas.de.mercurio, la novela más reciente del escritor Edson Lechuga.
Coeditada por los sellos Montesinos y Colofón, el volumen –que anoche fue presentado en la Universidad del Claustro de Sor Juana– adentra al lector en la vida de Sergio Bretón, personaje atormentado por su remoto e inmediato pasado, que intenta romper un profundo y complejo círculo vicioso mediante múltiples huidas.
Bretón sabe bien que si no se ocupa uno de arreglar las cosas, éstas no se van a solucionar con el tiempo ni con la distancia.
Tratar de escapar de la desgracia es lo que guiará el descenso del protagonista a los infiernos de la adicción, la culpa y la traición. Un infierno que lo mismo es una habitación de hotel, un cuarto de azotea, un departamento compartido o la tan añorada y monstruosa ciudad.
El libro gotas.de.mercurio es la cruda confesión de la deslealtad fraterna y el testimonio de su tendencia suicida a los triángulos amorosos, en el que las distintas mujeres son la misma mujer que como todos los personajes de esta novela pide a gritos ser salvada.
Bretón, frente a su pasado, se da cuenta de que hay hábitos, formas y maneras que no se trascienden nunca, que sigue siendo el mismo, pese a tratar de convencerse de que es otro. De ahí un verso de Octavio Paz, que sirve de epígrafe y leitmotiv a lo largo de la historia: Soy otro cuando soy.
El acontecimiento que marca ese círculo vicioso ocurre cuando de muy joven su novia enseña a Sergio que el pudor no sirve para nada. Se cachondean, besan y manosean y él tiene su iniciación sexual con Elisa.
Ahí empiezan sus dicoto-mías y su conciencia de ser un traidor. Por un lado quiere estar con la chica a la que ama, quien representa la pureza y, por otro, es atraído por su cuñada, una irreverente, carnal y sensual. Ese es el patrón que repetirá el protagonista una y otra y otra vez, en diferentes circunstancias y personajes, comenta el narrador a La Jornada.
Influencia de Huidobro y Vallejo
Para Edson Lechuga, el libro gotas.de.mercurio “trata del dolor del traidor, porque el traicionado no sufre hasta que se entera, si es que eso ocurre, pero el traidor carga con la conciencia y el remordimiento y tiene que apechugar las consecuencias, sean las que fueren”.
Escribir esta historia, explica el autor, le llevó dos años. “Fue un trabajo de orfebrería, pues siempre he considerado que en una novela todo significa, no solamente los personajes y los ambientes, sino cada palabra, cada oración y calificativo, cada fonema, cada coma, punto y parte.
Por ello, cada grafo que forma parte de la novela ha sido pensado, al considerar que nuestro idioma español es un lenguaje muy rico, específico, profundo y agudo, porque es capaz de llegar a sitios precisos con agudeza quirúrgica.
Escribirla, reconoce, fue desollarme y desollar el pasado, la realidad y sus circunstancias.
En ese sentido, añade, coincido con Vicente Huidrobo: la imagen evocada construida con palabras, puede ser más importante que la imagen real que no está construida con palabras. Huidrobo me enseñó que son posibles las cosas imposibles a través de la palabra.
Edson Lechuga (Pahuatlán, Puebla, 1970) tiene una hija y cuatro libros publicados: Llovizna, Elefantes y papalotes, Luz de luciérnagas y El canto de los búhos. De sí mismo apunta: Prefiero la duda a la certeza, lo sutil a lo concreto, la posibilidad al hecho, el mito a la leyenda, la lluvia de otoño al sol de verano, el pecado a la pureza, las cosas pequeñas a las grandes, las diablas a los dioses, la izquierda a la derecha y la literatura a la realidad; y dos de los autores que me han atravesado el costillar es Huidrobo y César Vallejo.

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